Esta semana os traemos el monográfico "Magnicidios y tiranicidios: arroja la bomba", un repaso a algunos de los magnicidios (consumados o frustrados) más sonados en nuestra historia. Asesinatos con intencionalidad política o ideológica, enmarcados en la estrategia de la propaganda por el hecho.
Se abre el telón y suena la banda sonora de "La Muerte Tenía un Precio", estamos en el siglo XIII, y en su claustro un joven Santo Tomás de Aquino teoriza sobre el magnicidio "cuando la tiranía es en exceso tolerable es virtud de fortaleza matar al tirano". Dos páginas más tarde, nos invita a poner la otra mejilla, maldita sea. El Padre Mariana, tres siglos después fue quien nos dio la clave de como actuar en estos casos, sentando las bases de la teoría del Derecho a la Resistencia: "está justificado que cualquier ciudadano asesine al que tiranice a la sociedad civil". Su libro fue quemado en Paris, pero no en España.
En 1858 Felice Orsini conspira contra el emperador Napoleón III y fabrica la bomba casera más famosa de la historia. Mucho empeño, pero poca puntería. Ni siquiera 6 bombas Orsini fueron suficientes para acabar con la vida del emperador, que, minutos después del atentado que sufrió en Paris, saludaba desde el balcón de la ópera como si nada hubiera ocurrido. Medio siglo más tarde, Mateo Morral no tuvo mucha mejor puntería cuando le regaló una bomba Orsini a Alfonso XIII escondida en un ramo de flores el día de la boda del monarca. Lanzó las flores sorpresa desde la cuarta planta de un piso en la madrileña Calle Mayor, pero rebotaron en el tendido eléctrico del tranvía. Hubo una treintena de muertos, pero el monarca salió ileso.
Ante la falta de puntería, lo mejor es la cercanía. El anarquista Leon Czolgosz le metió dos tiros a bocajarro al presidente de los Estados Unidos William McKinley, que se convirtió así en el tercer presidente asesinado en su cargo... aunque, como la historia nos demostraría más adelante, no sería el último. Es la misma técnica infalible que utilizó Manuel Pardiñas para asesinar al presidente del consejo de ministros José Canalejas en la madrileña Puerta del Sol en 1912. Pim, pam, toma Lacasitos.
El Rey Juan Carlos y Jose María Aznar también tuvieron lo suyo, en sendos intentos de acabar con ellos en 1995. Atentados que el imaginario popular ha puesto en duda, ¿dónde acaba el atentado y donde empieza el montaje para construir la imagen de un personaje?. A esta pregunta también podría responder Francisco Franco, que sufrió múltiples atentados, pero ninguno tan imaginativo como el ideado por Laureano Cerrada para bombardear la residencia del Caudillo en San Sebastián con una avioneta turística que despegó desde Francia. El fracaso fue estrepitoso, probablemente por una delación.
En el Vaticano no te salva ni dios. Que se lo digan a Juan Pablo II, cuando Mehmet Ali Agca le pegó 4 tiros que casi le mandan al más allá. O mejor aún que se lo digan a su predecesor en el cargo, Juan Pablo I, que murió en circunstancias no aclaradas a los 33 días de ser Papa. Sus relaciones tormentosas con Paul Marcinkus, director del Banco Vaticano, y el extraño suicidio de Roberto Calvi, "el banquero de Dios", enseguida apuntaron al envenenamiento del Papa, cosa que nunca se pudo aclarar por el impedimento de hacerle la autopsia a los pontífices.
En cualquier caso, si hay alguien que puede hablar de intentos de asesinato es Fidel Castro, que ostenta la plusmarca mundial con 638 intentos de acabar con su vida. Todos los presidentes norteamericanos, desde Eisenhower hasta Clinton lo han intentado. Y la CIA confesó la existencia de la Operación ZRRIFLE para acabar con la vida del líder cubano, a quién se le ha escuchado cantar con frecuencia por los pasillos del Palacio Presidencial de La Habana la tonadilla de La Polla... "toda la puta vida igual, toda la puta vida igual...".
Y hasta aquí nuestro top magnicidio. No nos hemos olvidado de Kennedy, de Lennon, Gandhi, Reagan, el juez Falcone, del Archiduque Francisco Fernando de Austria, Rafael Correa, Margareth Thatcher, Videla, Somoza, Carrero Blanco ni de Gadaffi... ni de tantos otros que también podrían haber salido en este programa.
En esta vida, hay más balas que tiempo para contarlas.
Tracklist:
01: Industrias Orsini - «Orsini»
02: Def Con Dos - «Ciudadano terrorista»
03: Barcelona - «Bomba
04: Orsini (Libertaria Thrash Conspiracy) - «Bendita dinamita»
05: Sin Dios - «Unas flores con sorpresa»
06: William McKinley - «Campaign Song (1896)»
07: Drugstore feat. Thom Yorke - «El President»
08: King Putreak - «El Rey»
09: Guerrilla Urbana - «Quiero ir a Roma a matar al Papa»
10: Ultimo Gobierno - «Ataque aéreo»
11: The Rolling Stones - «Sympathy for the devil»
12: La Polla - «Toda la puta vida igual»
13: Popular - «Arroja la bomba»
14: Mark David Chapman - «And you will know us by the trail of dead»
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Magnicidios, tiranicidios y otras suertes
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